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En París, el 25 de diciembre 1979 Año de los Niños. |
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Como delegados del Congreso de los Pueblos, elegidos de forma directa y democrática por un electorado repartido en 110 países, CONSTATAMOS A pesar de esto, de la suerte de la mayoría de ellos no suficientemente se preocupan las generaciones, que les dieron la vida. En efecto, La Organización Internacional del Trabajo confiesa, que no es capaz de abolir en todo el planeta el trabajo infantil; Los medios esenciales para la vida todavía no están asegurados a todos; Casi en todas partes los niños y adolescentes depende en su totalidad del poder de los adultos y de sus prerrogativas económicas y sociales; En algunos países, los niños y adolescentes son privados de su libertad, e internados en instituciones alienantes e inhumanas, con el pretexto de la moral familiar. Para algunos de ellos el respeto a ciertas tradiciones conduce a la ofensa contra su integridad física y mental, lo que pude llevar a mutilaciones y torturas. DENUNCIAMOS La persistencia de los bajos niveles de alfabetización, educación y enseñanza en el tercer y cuarto mundo, lo que frena la emancipación de las generaciones jóvenes; El servicio militar obligatorio para la juventud, en la mayoría de los estados-nación; La venta de niños y adolescentes. AFIRMAMOS, que Cada niño o adolescente posee su propia personalidad y también necesidades especificas para su crecimiento; Cada niño o adolescente tiene derecho a demandar amor, información, libertad de conciencia, pensamiento y expresión, en consecuencia, el derecho a participar en las decisiones, que conciernen a la vida familiar y social; Cada adolescente trabajador tiene derecho a un salario, del cual el o ella libremente debe disponer, y tiene derecho a beneficiarse de las mismas garantías de seguro social como los adultos. En consecuencia, PEDIMOS la creación de una institución federal mundial supranacional con poderes limitados pero reales, para la aplicación de los derechos de los niños y adolescentes. |
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