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Nacido en 1944 Estoy convencido de que tenemos necesidad de un parlamento mundial para resolver los enormes problemas a los que se enfrenta la humanidad. He llevado a cabo numerosas campañas contra las armas nucleares y he fundado la Asociación Australiana de los Ciudadanos del Mundo para poder alcanzar mis objetivos.. Soy físico en la Universidad de Nueva Gales del Sur en Australia. He sido secretario nacional de la organización ""Científicos contra las armas nucleares" (SANA, en inglés) en Australia de 1989 a 1992; miembro de la Asociación de federalistas mundiales, miembro académico del buró de la Asociación para la Unión de las Democracias, de 1999 a 2002, y de la Asociación de los Ciudadanos del Mundo (San Francisco, USA) de 2001 a 2002. He instituido un curso de educación general en la Universidad de Nueva Gales del Sur titulado "Las armas nucleares y el nuevo orden mundial" del que soy también organizador desde sus comienzos en 1988. He escrito, y publicado yo mismo, un libro "A global Parliement: Principles of world federation" (Oyester Bay Books, 1998). En 2007 he iniciado un nuevo curso de educación general sobre "Los principios de una federación mundial en el siglo XXI". En 2004 creé la Asociación de los Ciudadanos del Mundo (Australia) de la que soy Presidente. Estoy convencido de que es necesario crear un parlamento mundial para poder aportar soluciones a los enormes problemas a que se enfrenta la humanidad, como por ejemplo:
Voy a comprometerme en la realización de ese objetivo y precisamente por ello he creado la Asociación Australiana de los Ciudadanos del Mundo. Esperamos con ello:
Específicamente queremos presionar para el desarrollo en nuestra región de la comunidad de las Islas Pacíficas, participando en el Foro actual de las Islas Pacíficas y, a nivel mundial, me gustaría que se reestructurara la OTAN como una comunidad para la seguridad general de las naciones democráticas, con nuevos miembros, como el Japón, Australia, Nueva Zelanda en el Pacífico, y abiertas eventualmente a todas las naciones democráticas organizadas para el mantenimiento de la paz. Esto, después, podría convertirse en la base de un sistema de gobierno mundial que nos gustaría poder ver establecido. |
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