Plan de esta parte del sitio - otras lenguas - Sumario

Registro de los Ciudadanos del Mundo - Asemblea - Congreso de los Pueblos

Esperanto

Français

English

Español

Orden del día - Libro Blanco - Inventarios - Carta - Documentos

Hacia un estatuto mundial de los migrantes

Carta Mundial de los Inmigrantes
Proclamada en Gorée (Senegal), el 4 de febrero de 2011
Signo - Discusión - Lista de firmas
"Las personas inmigrantes son el centro de políticas injustas. Aquellas, en detrimento de los derechos universalmente reconocidos a cada persona humana, hacen oponerse a los seres humanos, los unos a los otros utilizando estrategias discriminatorias, fundadas sobre la preferencia nacional, la pertenencia étnica, religiosa o de género.

Estas políticas son impuestas por sistemas conservadores y hegemónicos, que buscan mantener sus privilegios explotando la fuerza de trabajo, físico e intelectual de los inmigrantes. Por esto, utilizan las prerrogativas exorbitantes mediante el poder arbitrario del estado nación y del sistema mundial de dominación heredado de la colonización y de la deportación. Este sistema es, a la vez, caduco, obsoleto y genera crímenes contra la humanidad. Es la razón por la cual debe ser abolido.

Las políticas de seguridad puestas en marcha por los estados nación hacen creer que los inmigrantes son un problema y una amenaza, cuando han constituido desde siempre un hecho histórico natural, complejo, es cierto, pero que lejos de ser una calamidad para los países de residencia, constituyen un aporte económico, social y cultural inestimable.

Los inmigrantes en todas partes son privados del pleno ejercicio de su derecho a la libertad de circulación y de instalación en nuestro planeta.

Son igualmente privados de sus derechos a la paz así como de sus derechos económicos, sociales, culturales, cívicos y políticos, los cuales, sin embargo, están garantizados por diferentes convenciones internacionales.

Sólo una amplia alianza de personas inmigrantes podrá promover la emergencia de los nuevos derechos para toda persona por su nacimiento sin distinción de origen, color, sexo o creencia. Por esto, esta alianza de inmigrantes deberá permitirles, según los principios éticos, contribuir a la construcción de nuevas políticas económicas y sociales. También deberá permitirles contribuir a una reforma del concepto de territorialidad y del sistema de gobierno mundial actualmente dominante y de su base económica e ideológica

Es por todo esto, que nosotros, los inmigrantes del mundo entero, a partir de las propuestas alcanzadas desde 2006 y después de una larga discusión a escala planetaria, adoptamos la presente Carta Mundial de los Inmigrantes.

Nuestra ambición es hacer valer a partir de las situaciones que viven los inmigrantes en el mundo, el derecho para todos de poder circular y de instalarse libremente en nuestro planeta y de contribuir a la construcción de un mundo sin muros.

Por esto, nosotros, las personas inmigrantes que hemos dejado nuestra región o país, bajo coacción o por propia voluntad y vivimos de manera permanente o temporal en alguna otra parte del mundo, reunidos los días 3 y 4 de febrero de 2011, en la isla de Gorée en el Senegal,

Proclamamos,

Porque pertenecemos a la Tierra, toda persona tiene el derecho de poder elegir su lugar de residencia, de permanecer allí donde viva o de circular y de instalarse libremente sin coacciones en no importa que lugar de esta Tierra.

Toda persona, sin exclusiones, tiene el derecho de desplazarse libremente del campo a la ciudad, de la ciudad al campo, de una provincia a otra. Toda persona tiene el derecho de poder dejar no importa que país a otro y de regresar.

Todas las disposiciones y medidas de restricción que limiten la libertad de circulación y de instalación deben ser derogadas (leyes relativas a las visas, dejar pasar y autorizaciones, así como cualquier ley relativa a la libertad de circulación).

Las personas inmigrantes del mundo entero deben gozar de los mismos derechos que los nacionales y ciudadanos de los países de residencia o de tránsito y asumir las mismas responsabilidades en todos los dominios esenciales de la vida económica, política, cultural, social y educativa. Deben tener el derecho de votar y ser elegibles para todo órgano legislativo a nivel local, regional y nacional y asumir sus responsabilidades hasta el término de su mandato.

Las personas inmigrantes deben tener el derecho de hablar y compartir su lengua materna, de desarrollar y hacer conocer sus culturas y costumbres tradicionales, con la excepción de todo atentado a la integridad física y moral de personas y al respeto de los derechos humanos. Las personas inmigrantes deben tener el derecho de practicar su religión y su culto.

Las personas inmigrantes deben gozar del derecho de tener un comercio allí donde deseen, dedicarse a la industria o al ejercicio de cualquier oficio o profesión permitida, al igual que a los ciudadanos de los países de acogida o de tránsito, de tal manera que les permita asumir su parte de responsabilidad en la producción de la riqueza necesaria al desarrollo y la plenitud de todos.

El trabajo y la seguridad deben ser aseguradas a todas las personas inmigrantes. Quienquiera que trabaje debe ser libre de adherirse a un sindicato y/o de fundarlo con otras personas. Las personas inmigrantes deben recibir un salario igual a igual trabajo y deben tener la posibilidad de transferir el fruto de su trabajo, las prestaciones sociales y de gozar de la jubilación, sin ninguna restricción. Todo esto, contribuyendo al sistema de solidaridad necesaria a la sociedad de residencia o de tránsito.

El acceso a las prestaciones de los servicios de banca y organismos financieros debe ser asegurado a todas las personas inmigrantes de la misma manera que lo están los nacionales y ciudadanos de países de acogida.

Todo el mundo tiene el derecho a la tierra, sean hombre o mujer. La tierra debe ser compartida entre aquellos que viven y trabajan en ella. Las restricciones al uso y a la propiedad territorial impuestas por razones de orden étnico, nacional y/o sobre el género, deben ser abolidas; esto en provecho de una nueva visión, de una nueva relación responsable entre los humanos y la tierra, y en el respeto de las exigencias del desarrollo durable.

Las personas inmigrantes al igual que los nacionales y ciudadanos de los países de residencia o de tránsito, deben ser iguales delante de la ley. Nadie debe ser secuestrado, encarcelado, deportado o ver su libertad restringida sin que su causa haya sido equitativa y previamente oída y defendida en una lengua de su elección.

Las personas inmigrantes tienen el derecho a la integridad física y a no ser acosadas, expulsadas, perseguidas, arrestadas arbitrariamente o muertas en razón de su estatuto o porque defienden sus derechos.

Toda ley que prevea una discriminación fundada sobre el origen nacional, el género, la situación matrimonial y/o jurídica, así como sobre las convicciones debe ser derogada, cualquiera que sea el estatuto de la persona humana.

Los derechos humanos son inalienables e indivisibles, y deben ser los mismos para todos. La ley debe garantizar a todas las personas inmigrantes el derecho a la libertad de expresión, el derecho de organizarse, el derecho a la libertad de reunión así como el derecho a publicar.

El acceso a los servicios médicos y a la asistencia sanitaria deben estar garantizados a todas las personas inmigrantes, al igual que a los nacionales y a los ciudadanos de países de acogida y de tránsito, con una atención particular a las personas vulnerables. A toda persona inmigrante que sufra una discapacidad se le debe garantizar el derecho a la salud y los derechos sociales y culturales.

La ley debe garantizar a toda persona inmigrante el derecho de elegir su esposa, de fundar una familia y de vivir en familia. El reagrupamiento familiar no debe ser rehusado, no deben ser separados ni mantenerse alejados a sus hijos.

Las mujeres, en particular, deben ser protegidas contra toda forma de violencia y de tráfico. Tienen el derecho a controlar su propio cuerpo y de rechazar cualquier tipo de explotación. Deben gozar de una protección particularmente reforzada, especialmente en materia de condiciones de trabajo, de salud maternal e infantil, así como en caso de cambios de su estatuto jurídico y matrimonial.

Los inmigrantes menores de edad deben ser protegidos por las leyes nacionales en materia de protección a la infancia al igual que a los nacionales y a los ciudadanos de países de residencia y de tránsito. Le derecho a la educación y a la instrucción debe ser garantizado.

El acceso a la educación y a la instrucción, desde preescolar hasta la enseñanza superior, debe ser garantizada a las personas inmigrantes y a sus hijos. La instrucción debe ser gratuita e igual para todos los niños. Los estudios superiores y la formación técnica deben ser accesibles a todos en una nueva visión para dialogar y compartir las culturas. En la vida cultural, en los deportes y en la educación, toda distinción fundada sobre el origen nacional debe ser abolida.

Las personas inmigrantes deben tener derecho a una vivienda. Toda persona debe tener el derecho de vivir en el lugar de su elección, de estar decentemente alojado y tener acceso a la propiedad inmobiliaria, así como de mantener a su familia en el confort y la seguridad al igual que los nacionales y ciudadanos de países de acogida y de tránsito.

Es necesario garantizar el derecho a una alimentación sana y suficiente a todas las personas inmigrantes, así como el derecho de acceso al agua.

Las personas inmigrantes ambicionan tener la oportunidad y la responsabilidad, al igual que los nacionales y los ciudadanos de países de acogida y de tránsito, de hacer frente conjuntamente a los desafíos actuales (vivienda, alimentación, salud, felicidad, etc.).

Nosotros, las personas inmigrantes, nos comprometemos a respetar y promover los valores y principios expresados en este documento y a contribuir así a la desaparición de todo sistema de explotación segregacionista y al advenimiento de un mundo plural, responsable y solidario.

Hacia un estatuto mundial de los migrantes

Durante la sesión de mayo de 2009, en Brasilia, el Congreso de los Pueblos respondió a diversas interpelaciones que conciernen a los Derechos Humanos y que la invitaban a crear una "institución mundial (ciudadana) de los derechos humanos". Esta institución estaría constituida por un cuerpo jurídico y social que emanaría de las ONG, de organismos o de toda persona que persiga las mismas orientaciones en la defensa y la promoción de los derechos humanos. La definición de un estatuto mundial de la inmigración forma parte de esta gestión. Dicho de otra forma, la carta propuesta por la Asamblea Mundial de los Inmigrantes con ocasión del Foro Social Mundial de Dakar, puede devenir el fundamento del "estatuto mundial del inmigrante" si recibe por parte de las ONG, de los ciudadanos y de los elegidos un consenso significativo.

Daniel Durand

Respecto al sitio