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GRITO DE ALARMA DESDE HIROSHIMA.

El 6 de agosto de 1980, aniversario del bombardeo de Hiroshima, al final de los congresos mundialistas de Japón, delegados elegidos al Congreso de los Pueblos lanzan, desde el mausoleo de Hiroshima, un llamado a los pueblos del Mundo.

La visita del museo de Hiroshima es insoportable.

¿Como los humanos llegaron a eso?

¿Como los humanos lograron tal desenfreno de la violencia?

¿Como, a pesar de tales manifestaciones, los humanos son capaces todavía de situarse al borde del abismo del genocidio nuclear?

Según nosotros, mundialistas, la causa de esa situación reside en la separación de los pueblos por medio de fronteras.

Mientras el desarrollo científico y tecnológico en forma totalmente lógica deberían conducir a la disminución del rol atribuido a las fronteras, el progreso de la era industrial les dio mas importancia. Fuerzas ideológicas y económicas se pusieron al servicio de nacionalismos en vez de sobrepasarlos.

Por eso, de pie ante ese mausoleo, te suplicamos, unete a nosotros en una reflexión, que busque una nueva organización del mundo, otra diferente a la yuxtaposición de Estados-naciones con soberanía nacional absoluta.

Después de personajes eminentes, como los premio nobel Albert Camus, Linus PAULING, Albert EINSTEIN, Alfred KASTLER, René CASSIN, Hideki YUKAWA, políticos eminentes como Lord ATTLEE, Pandit NEHRU ; el alcalde de Hiroshima, Shinzo HAMAI, Setsuo YAMADA, declaramos la necesidad de una ley supranacional.

La Historia lo muestra: en cada ocasión, cuando un grupo de humanos acepta una ley común, sus guerras internas cesan, en consecuencia, si, como los mundialistas lo recomiendan, una ley supranacional, puesta en marcha de forma democrática, rigiera el mundo, las guerras entre los Estados desaparecerían. Además, seria posible a la humanidad comenzar a tratar problemas, que son necesarios para su supervivencia, por ejemplo, el hambre, la explosión demográfica, crisis energéticas, contaminación, todos esos problemas frente a los cuales los Estados han probado su incapacidad.

Los gobiernos actuales no tienen los recursos ni jurídicos ni políticos, los cuales les permitan decidir eficazmente por la paz: Le falta a la humanidad la ultima etapa hacia la democracia, esa del mundo. Ciertamente es necesario, que el pueblo del mundo elija, a nivel planetario, delegados para poner en marcha esa ley mundial, la única que podrá salvar nuestra especie, protegiéndola contra el genocidio nuclear, que la amenaza en un futuro mas o menos próximo.

Es necesario nuevamente procesar la soberanía absoluta de los Estados nación, he aquí el sentido del GRITO DE ALARMA DESDE HIROSHIMA.

  

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