PREAMBULO
La
finalidad de un docente mundialista no es la de adaptar
al hombre a la sociedad contemporánea, sino de
elaborar una sociedad al servicio del hombre. No se trata
tampoco, de formar los individuos de una nación,
de un régimen o de una religión, sino los
miembros de la comunidad universal.
Puede
entonces decirse que el individuo no puede seguir
definiéndose hoy en día a través de
una ciudadanía nacional: un hombre sin
nacionalidad no tiene existencia oficial; los
apátridas son una prueba de ello.
En
cuanto al civismo tradicional, éste se identifica
con los intereses de una nación en detrimento de
las demás.
El
CIVISMO MUNDIAL, se identifica con los intereses
legítimos de los seres humanos, sin
distinción de sexo, raza, clase social, etnia,
nacionalidad, filosofía o religión.
Éste
arremete contra todos los prejuicios y sistemas que
atentan contra la dignidad de la persona.
En
lo concerniente a la enseñanza, hasta hace apenas
un siglo, sirvió, en todas sus formas, a formar
élites y jefes, y a moldear una mentalidad
nacionalista.
Hoy
en día, la democratización de la
enseñanza, cuando ésta existe, permite
esencialmente a los gobiernos nacionales que la
controlan, de adaptar moral y socialmente al individuo a
los intereses de la sociedad actual.
COMPROMISO
Consecuentemente,
nosotros, los docentes y educadores mundialistas,
declaramos que nos pertenece por medio de nuestras
palabras, nuestros escritos y nuestras acciones:
- Desnacionalizar
la enseñanza de la historia,
- Promover la
noción de federalismo, desconocido en los
países centralizados,
- Valorizar una moral
planetaria,
- Denunciar, cada
vez que la ocasión se presente, la injusticia
social, el chovinismo, el racismo, la
discriminación de sexo, así como toda
empresa susceptible de menoscabar la integridad del
ser humano,
- Buscar todas
las soluciones susceptibles de poner fin a las
situaciones escandalosas que privan a los individuos
de los cuidados médicos, la
alimentación, la información y de la
libertad.
- Desarrollar la
solidaridad a todo nivel,
- Tomar
consciencia de la necesidad de una aplicación
efectiva de la Declaración Universal de los
Derechos del hombre, por medio de la
instauración de una autoridad mundial capaz de
imponer el respeto,
- Hacer conocer y
hacer respetar las riquezas del patrimonio cultural de
la humanidad,
- Preparar el
espíritu de los niños y adultos para
reclamar la creación de las instituciones
mundiales que permitan satisfacer las necesidades
esenciales comunes a todos los hombres, y en especial,
aquellas de una Institución Mundial para la
Educación, teniendo un poder ejecutivo, con la
finalidad de permitir a cada uno de acceder al
conocimiento y la cultura.
Insatisfechos
de transmitir el conocimiento adquirido, nosotros nos
comprometemos a preparar las mentes a la
comprensión de los problemas planteados por medio
del desarrollo de técnicas y descubrimientos
científicos, para que sean capaces de resolverlos.
Participando
plenamente a la evolución del mundo,
contribuiremos, cada día y según nuestros
medios, al despertar de una consciencia mundial que
garantizara el respecto del ser humano, y nosotros
formaremos Ciudadanos del Mundo que sabrán
trabajar en la formación y el mantenimiento de una
sociedad pluralista planetaria, donde todos sean
solidarios.
Jornadas
Mundialistas de Caen,
5 de junio de 1976