Señor Presidente,
Señores,
En nombre de los pueblos del mundo que
no están representados aquí, os
interrumpo.
Mis palabras serán sin duda
insignificantes para ustedes. Y sin embargo, nuestra
necesidad de un orden mundial no puede ser ignorada por
más tiempo.
Nosotros, el pueblo, queremos la paz
que únicamente un gobierno mundial puede darnos.
Los estados soberanos que
representáis aquí, nos dividen y nos
conducen al abismo y a la guerra.
Os hago un llamamiento para que
ceséis de entretenernos en la ilusión de
vuestra autoridad política. Os apelo para que
convoquéis inmediatamente una Asamblea
Constituyente Mundial que levante la bandera alrededor de
la cual todos los hombres puedan agruparse: LA BANDERA DE
LA SOBERANÍA DE UN ÚNICO GOBIERNO PARA UN
SOLO MUNDO.
Si faltáis a esta tarea,
apartaros, una Asamblea de los Pueblos surgirá de
las masas mundiales para edificar este
gobierno.
Porque, nada que sea menor puede
servirnos.