El Carnet de identidad de Ciudadano Mundial es el reconocimiento público de un deber civico mundial de mutua protección, cuya necesidad ha quedado claramente demostrada, sobre todo desde que terminó la segunda guerra mundial.

La aceptación del Carnet de Ciudadano Mundial es ante todo un acto moral de repulsa, acompañado de un gesto de sentido común, ante un sistema internacional absurdo, ya que ha caducado técnicamente. Desde 1945 los estados soberanos se han mostrado impotentes para hacer frente a los problemas, necesidades y peligros comunes a todos los hombres ; ya que dividen los grupos humanos, los abruman de impuestos para mantener una paz armada, las grandes naciones esclavizan a las más pequeñas y so pretexto de exigencias económicas y morales, destruyen las libertades y valores de una civilización ganados penosamente a través de siglos de lucha. Asimismo conducen a la humanidad entera por el camino de destrucciones imprevisibles mediante la guerra atómica y bacteriologica, seguidas de la opresión tecnocrática del estado vencedor.

Sin vanas ilusiones, sin fugaces entusiasmos, el que acepta este carnet reconoce que existe el problema de una organización democrática mundial, que es necesario planearla y descubrir técnicas y caminos nuevos para solucionarlo.

También se da cuenta que, aunque el cometido de las Ciudadanos Mundiales no tiene una influencia capaz de determinar el curso de los sucesos inmediatos, no por elIo deja de ser menos necesario multiplicar en todos las países unos centros de investigación, de educación y de actuación que tanteen nuevos métodos, los cuales proporcionen un mínimo de seguridad a cada hombre y al género humano mediante un mínimo de leyes mundiales.

Este Carnet significa esencialmente que su poseedor reconoce :

1. Que el mundo ha llegado a ser UNO gracias a la solidaridad de la técnica y de la economia, y que ya es hora de organizarlo
2. Que la palabra « Humanidad » ha dejado de ser una abstracción y un sueño, para convertirse, desde el fin de la segunda guerra mundial, en una masa de hombres, amenazados todos por idénticos peligros, angustiados par idénticos temores y animados de idénticos deseos fundamentales, ante una serie de problemas nuevos.
3. Que ni los Estados ni las organizaciones clásicas, tal como existen hoy, pueden comprometerse a asegurar la defensa de las aspiraciones comunes de la Humanidad, ya que por su misma constitución se ven empujadas a la violencia, es decir, a la guerra atómica.
4. Que solamente una LEY MUNDIAL que asegure a las individuos y pueblos unas libertades y seguridades básicas, unánimemente reconocida y respetada par todos las Estados, podrá poner fin a la desconfianza mutua y a la creciente carrera de armamentos.
5. Que unas Instituciones Mundiales, con competencia técnica estrictamente limitada, intentando promover instrumentos de seguridad mundial, son indispensables para crear la necesaria confianza en una Federación Mundial.
6. Que estas instituciones deberán formarse democráticamente a prorrata del número de inscritos, es decir, a prorrata de la población de las distintos países.
7. Que este representación demográfica, que es el único camino democrático para organizar la comunidad mundial y asegurar la independencia de las pequeñas naciones debe, ante todo, estar respaldada por unas elecciones en la Asamblea Constituyente de las Pueblos, encargada de ofrecer al mundo una Constitución, es decir, de poner en marcha las primeras instituciones mundiales.